jueves, 9 de abril de 2009

¿Estamos Dispuestos a Someternos Como El?

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Reflexión para el Viernes Santo 2009 - Igl Nuevo Testamento de Ponce

¿Qué quiere decir Sumisión?

  • Acto de CEDER nuestro poder o autoridad al control o gobierno de otro. OBEDIENCIA; cumplimiento de los mandamientos o leyes de un superior. RESIGNACIÓN; ceder la voluntad propia a la voluntad o asignación de un superior sin murmuraciones. La sumisión completa y gozosa a la Voluntad de Dios es un deber cristiano de SUPREMA IMPORTANCIA. Podemos decir que es NUESTRA MAYOR LECCIÓN en la Semana Mayor.

MOISES

Ora a Jehová para que le permita entrar a la Tierra Prometida, si es Su voluntad.

Deuteronomio 3:23-25 PDT

Entonces yo le rogué así al Señor en aquel tiempo: Oh Señor Dios, solamente has comenzado a mostrarme a mí, tu siervo, lo grande y poderoso que eres. No hay dios en el cielo ni en la tierra que pueda hacer las maravillas que tú haces. TE RUEGO que me dejes cruzar y ver esa tierra buena que está al otro lado del río Jordán. Déjame ver esas hermosas montañas y la región del Líbano.

La oración de Moisés no era basada en los servicios que había prestado, ni en el hecho de que su presencia en la tierra prometida fuera imprescindible, sino en la total y pura GRACIA de Dios.

El privilegio de entrar a la tierra prometida le es negado por Dios.

Deuteronomio 3:26-27 PDT

Pero el Señor, como estaba muy enojado conmigo por culpa de ustedes, no quiso concederme mi deseo y me dijo: ¡YA BASTA! No insistas más sobre este asunto. Sube a la cima del monte Pisgá y observa al occidente y al norte, al sur y al oriente, y observa con tus propios ojos, pero no podrás cruzar el río Jordán.

El hecho de que Dios no nos conceda lo que pedimos, no significa que no haya aceptado nuestra oración. Cuando no lo hace, recibimos una GRACIA importante al otorgarnos la capacidad de estar satisfechos aun sin tener lo que deseábamos.

Sin embargo, la contestación de Moisés nos da un ejemplo claro y perfecto del sometimiento absoluto a la voluntad de Dios, abandonando nuestros propios afanes y deseos.

Números 27:15-17 PDT

Moisés le dijo al Señor: Te ruego Señor, Dios de toda la humanidad, que elijas un hombre como jefe sobre la comunidad, que los guíe en las batallas y cuide de ellos para que así la comunidad del Señor no sea como un rebaño sin pastor.

Aquí vemos la oración ferviente para un sucesor digno y competente. Es necesario que siempre oremos por aquellos que vienen “de subida”, por la generación a la cual le vamos a “pasar el batón” del mensaje del Evangelio.

Debemos siempre recordar que sin importar lo útiles o importantes que podamos ser o la vida larga que podamos tener, siempre hemos de morir y recibir la otra recompensa, la eterna, como nos dice en:

Mateo 6:19-21 PDT

No guarden tesoros para ustedes aquí en la tierra, donde la polilla y el moho los dañarán. Además, los ladrones pueden entrar a su casa y robárselos. Más bien, guarden tesoros para ustedes en el cielo donde no los dañarán la polilla ni el moho y donde los ladrones no pueden entrar a robárselos. Pues donde esté tu tesoro, allí estará tu corazón.

CRISTO

Hace el mismo tipo de oración ferviente y sumisa que Moisés.

Marcos 14:36 PDT

diciendo: -Abba, Padre, para ti todo es posible. Líbrame de este trago amargo, pero no hagas lo que yo quiero, sino lo que tú quieras.

Todos sabemos que Su oración no fue concedida como nosotros esperaríamos, llevándole a culminar con éxito Su misión redentora de Salvación.

Hebreos 5:7-9 PDT

Cuando Cristo vivió en la tierra, oró a Dios y le pidió ayuda, porque era el único que lo podía salvar de la muerte. Jesús oró llorando y suplicando a gritos, y Dios respondió a sus oraciones porque Jesús era humilde y hacía todo lo que agradaba a Dios. A pesar de ser su Hijo, aprendió a obedecer por medio de todo lo que sufrió. Así que Jesús cumplió con todo lo que tenía que hacer. Por eso, todos los que lo obedecen pueden tener salvación eterna

También Jesús se preocupa por los que quedaron después de Él y viene tres veces a velar por ellos, encontrándoles durmiendo.

Conclusión

Ambos, Moisés y Jesús, nos dejan el ejemplo que debemos seguir. Cuando sometemos nuestra voluntad a la de Dios, entendemos las palabras de Pablo en:

2 Corintios 4:16-18 PDT

Por eso, no nos damos por vencidos. Es cierto que nuestro cuerpo se envejece y se debilita, pero dentro de nosotros nuestro espíritu se renueva y fortalece cada día. Nuestros sufrimientos son pasajeros y pequeños en comparación con la gloria eterna y grandiosa a la que ellos nos conducen. A nosotros no nos interesa lo que se puede ver, sino lo que no se puede ver, porque lo que se puede ver, sólo dura poco tiempo. En cambio, lo que no se puede ver, dura para siempre.

Es Dios quien nos concede el privilegio de la GRACIA de poder ver el galardón puesto delante de nosotros. Tanto Moisés como Jesús miraron ese galardón, haciendo más llevadera su carga, su agonía y el dolor de sufrir con gozo el sometimiento a la voluntad de Dios.

Filipenses 2:1-11 PDT

¿Lo que les escribo los anima como seguidores de Cristo? ¿Quieren consolarme mostrándome cuánto me aman? ¿Compartimos el mismo Espíritu? ¿Me tienen verdadero afecto y compasión? Entonces voy a pedirles algo que me haría completamente feliz: tengan la misma manera de pensar, el mismo amor y las mismas metas. No hagan nada por rivalidad ni orgullo. Sean humildes y cada uno considere a los demás como más importantes que sí mismo. Que cada uno no busque sólo su propio bien, sino el de los demás. Piensen y actúen como Cristo Jesús. Esa es la "misma manera de pensar" que les estoy pidiendo que tengan. Cristo era como Dios en todo sentido, pero no se aprovechó de ser igual a Dios. Al contrario, él se quitó ese honor, aceptó hacerse un siervo y nacer como un ser humano. Al vivir como hombre, se humilló a sí mismo y fue obediente hasta el extremo de morir en la cruz. Por eso, Dios le dio el más alto honor y el nombre que está por sobre todos los nombres, para que todos los que están en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra; se arrodillen ante Jesús, y para que todos reconozcan que Jesucristo es el Señor dando así honra a Dios Padre.

miércoles, 18 de febrero de 2009

viernes, 16 de enero de 2009

Vamos a la CONQUISTA

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Predicado el domingo 4 de enero de 2009 - Igl Nuevo Testamento de Ponce

Josafat – FE – Descansar en las Promesas de Dios

Narrativa se encuentra en 2 Crónicas 20.

Los moabitas, los amonitas y los del Monte de Seir le declararon la guerra a Josafat. – Cada uno de ellos era más grande y “poderoso” que Judá.

Al saber que venía este ataque, Josafat se llenó de temor y buscó la ayuda del Señor, así que proclamó ayuno en todo Judá. Tenía su orden de prioridades correcto – ese siempre es el 1er paso a seguir.

Josafat fue delante de Dios y le recordó Sus promesas y Sus obras, diciendo “¿Acaso no eres tú el Dios de los cielos y dominas a todas las naciones? ¿Acaso no está en tus manos el poder y la fuerza que no hay quien te pueda hacer frente? Tú fuiste quien expulsó a los habitantes de esta tierra para dársela a los descendientes de tu amigo Abraham”.

“Pues aquí están los amonitas, los moabitas y los del monte Seír. No dejaste que nosotros los atacáramos cuando salimos de Egipto, los dejamos tranquilos y no los destruimos. Ahora ellos en pago nos atacan para expulsarnos de la tierra que tú nos diste en posesión. No tenemos fuerza para enfrentar a semejante ejército que se nos viene encima. No sabemos qué hacer y por eso nuestros ojos están fijos en ti”.

Entonces vino el espíritu del Señor sobre un levita y dijo: “No tengan miedo y no pierdan la esperanza ante este gran ejército, porque esta guerra no es de ustedes, sino de Dios. Ustedes no tendrán que luchar en esta batalla, quédense quietos en sus puestos y verán cómo el Señor los salvará. No tengan miedo ni se acobarden, que yo, el Señor, estaré con ustedes”.

Josafat, todo Judá y los habitantes de Jerusalén se postraron rostro en tierra ante el Señor y adoraron al Señor. Los levitas se levantaron para alabar en voz muy alta al Señor.

Josafat colocó al frente del ejército algunos cantores para cantar al Señor y alabarlo, porque él es santo y grandioso. En el momento en que comenzaron a cantar y a alabar a Dios, el Señor emboscó a los amonitas, a los moabitas, a los del monte de Seír, y los derrotó.

Cuando los de Judá fueron al lugar de observación, sólo vieron los cadáveres tendidos en el suelo.

Dios siempre da un premio mayor al esperado:

Josafat y el ejército de Judá fueron a llevarse el botín y encontraron entre los cadáveres mucho ganado, riquezas, ropa y joyas muy valiosas, más de lo que se podían llevar. Gastaron tres días recogiendo el botín porque era muy grande.

Finalmente, Josafat y su ejército dieron testimonio verdadero del gran Poder de Dios - El terror de Dios se apoderó de todos los países vecinos cuando se enteraron que el Señor había luchado contra los enemigos de Israel.

Gedeón – Prueba - ¿Estamos listos para recibir la CONQUISTA departe de Dios?

Narrativa se encuentra en Jueces 7.

El Señor le dijo a Gedeón: “Te voy a ayudar a derrotar a los madianitas. Pero tienes muchos hombres en tu ejército, y no quiero que los israelitas me olviden y crean que ellos solos se han salvado. Así que llama a tus hombres y diles: ‘El que tenga miedo puede irse de aquí y regresar a su casa’”. Se fueron veintidós mil hombres pero todavía quedaron diez mil.

Dios siempre prueba a Sus siervos antes de la CONQUISTA.

El Señor le dijo a Gedeón: “Todavía son muchos hombres. Llévalos a tomar agua y allí les haré una prueba. Si yo digo: ‘Este hombre irá contigo’, entonces ese hombre irá, pero si digo: ‘Este hombre no irá contigo’, entonces ese hombre no irá”. Entonces Gedeón llevó a sus hombres a tomar agua. Allí Dios dijo: “Separa a tus hombres en dos grupos así: Arma un grupo con los que beban el agua en sus manos lamiendo como un perro y arma el otro grupo con los que se arrodillen para beber”.

Solo trescientos hombres bebieron el agua con las manos. Entonces el Señor le dijo a Gedeón: “Con los trescientos hombres que bebieron con las manos es suficiente para salvarte, haré que derrotes a los madianitas”.
Ahora era un ejército probado y depurado por Dios para realizar Su obra.

Josué – Tierra Prometida

Narrativa se encuentra en Josué 6.

El Señor le dijo a Josué: “Voy a entregar en tus manos a Jericó, a su rey y a sus soldados. Una vez al día, marcha alrededor de la ciudad con todos los soldados. Haz esto por seis días. Siete sacerdotes marcharán delante del cofre, cada uno llevando una trompeta hecha de cuernos de carnero. El séptimo día darán siete vueltas alrededor de la ciudad, mientras los sacerdotes tocan las trompetas. Cuando se oiga que el cuerno de carnero da un toque prolongado, todo el pueblo gritará muy fuerte, y la muralla de la ciudad se derrumbará. Entonces desde la posición donde esté, cada soldado podrá subir directamente contra la ciudad”.

Josué le ordenó al pueblo: “No griten ni dejen que se escuche su voz, no dejen salir ni una sola palabra de su boca, hasta el día que les diga: ‘¡Griten!’, sólo entonces deberán gritar”.

Cuando marchamos en el Ejército de Dios, hay un ORDEN ESTABLECIDO PARA LA MARCHA.

Todos marcharon alrededor de la ciudad: primero, el ejército, luego los siete sacerdotes tocando las trompetas continuamente, después los sacerdotes que llevaban el cofre del Señor y por último, los demás hombres.

El séptimo día ellos se levantaron al amanecer y marcharon alrededor de la ciudad como habían hecho antes, pero ese día dieron siete vueltas a la ciudad. La séptima vez, cuando los sacerdotes tocaron las trompetas, Josué le dijo a la gente: ¡Griten! Porque el Señor les ha dado la ciudad. La ciudad y todo lo que hay en ella debe ser consagrado a la destrucción por orden del Señor”.
Entonces la gente gritó, y los sacerdotes tocaron las trompetas. Tan pronto como el pueblo escuchó el toque de trompeta prolongado, todos dieron un fuerte grito, Y LA MURALLA SE DERRUMBÓ. Entonces, desde donde se encontraba, cada soldado subió directamente contra la ciudad, Y LA CAPTURARON.

Cuando llega el momento de la CONQUISTA, todos marchan DE FRENTE, sin girar o mirar atrás.

Jesús nos dijo:

Lucas 9:62 RV60

… Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.

La Victoria ya es nuestra, antes de que comience la batalla final.

Pero hay unos preparativos para la campaña que tenemos que llevar a cabo, ya que SIN PREPARARNOS NO PODEMOS CONQUISTAR.

Nuestro ejército tiene que ser probado y depurado – igual al de Gedeón. Los temerosos no podrán ir, al igual que aquellos que no obren CONFORME A LA VOLUNTAD DE DIOS.
Para llegar a la CONQUISTA, tenemos que consolidar las fuerzas que Dios nos ha estado dando durante este año pasado para poder enfocarnos en la tarea por delante.
Hay unos pasos a seguir:
  • Conocer – tenemos que caminar con el Señor para conocer nuestra dirección.
  • Obedecer – tenemos que sujetarnos y entregarnos a la voluntad de Dios para que sea Él Quien haga.
  • Nutrir – tenemos que nutrirnos espiritualmente para que nuestras fuerzas no nos falten.
  • Quebrar – tenemos que vencer a todos nuestros enemigos, sin que quede rastro de ellos.
  • Ubicar – tenemos que colocarnos en la posición que Dios nos ha preparado en SU EJÉRCITO.
  • Ir – tenemos que estar dispuestos a marchar a donde el Señor nos ordene.
  • Sacrificar – tenemos que darle siempre a Dios lo mejor de nosotros mismos. – “como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios…” (Romanos 12:1)
  • Trabajar – tenemos que esforzarnos más que nunca para realizar los avances que Dios nos va a dar.
  • Adelantar – tenemos que obtener y dominar completamente el territorio que Dios nos ha prometido.

Finalmente, recordemos la palabra profética de Isaías, que ya Dios nos ha dado anteriormente como iglesia:

Isaías 54:2-17 PDT

Amplía el espacio de tu carpa y extiende las cortinas. No te detengas. Alarga las cuerdas de tu carpa y asegura bien tus estacas. Porque te expandirás a derecha e izquierda y tus descendientes poseerán naciones y poblarán ciudades abandonadas. No tengas miedo, porque no serás avergonzada… Porque el Señor es tu marido, su nombre es el Señor Todopoderoso. El Santo Dios de Israel es tu Salvador…
Aunque se muevan los montes y tiemblen las colinas, mi amor por ti seguirá firme y mi pacto de paz no tambaleará. Lo dice el Señor que se compadece de ti. …ahora yo pondré tus piedras sobre turquesa y echaré tus cimientos sobre zafiros. Con rubíes construiré tus torres y tus puertas con joyas. Construiré toda tu muralla con piedras preciosas. El Señor enseñará a todos tus hijos, la prosperidad de ellos será abundante. La justicia salvadora te restaurará. Estarás a salvo de la opresión y ya no tendrás nada que temer porque EL TERROR SE MANTENDRÁ LEJOS DE TI. Si alguien te ataca, no lo habré enviado yo. DERROTARÁS A TODO EL QUE TE ATAQUE.
No tendrá éxito ningún arma que se fabrique para hacerte daño… Esas son las ventajas de que gozarán los siervos del Señor y la salvación que les daré. EL SEÑOR LO HA DECIDIDO ASÍ.